Hacía tiempo que llevaba buscando este libro y por fin, gracias a Biblio, he tenido ocasión de leerlo recientemente. Mi principal interés estaba, no tanto en estudiar las técnicas, sino en descubrir qué se escribía sobre mnemotecia en la Argentina de mediados de siglo pasado (el libro aparece en Buenos Aires en 1946).

Destaca en primer lugar que el texto debe mucho a la mnemotecnia francesa (aquí ya encontramos, por ejemplo, ideas que después hará populares el francés Jacques Abeel con su «método chest») y esto se confirma con la interesante bibliografía final donde vemos que, incluso de los autores que no son franceses, se cita la edición francesa de la obra.

Destaca también que el libro es muy conciso, explica las técnicas con todo el detenimiento necesario, pero en ningún momento encuentras páginas de relleno con información complementaria —a menudo superflua— tan habitual en los libros de nuestros días.

Tras unos primeros capítulos donde se presentan las técnicas, se muestra después cómo ponerlas en práctica abordando tareas clásicas como el calendario perpétuo o la memorización de nombres. Llama la atención en este punto de la inclusión de un fragmento de texto de una conocida figura del XIX, Beniowsky, el mismo que también encontramos insertado en obras de otros autores anteriores (concretamente, lo vemos en La educación de la memoria, de Ernest Wood).

Puede decirse, en resumen, que se trata de un manual de mnemotecnia clásico, muy correcto, valioso, y con la gracia de encontrar en los ejemplos detalles propios de la cultura argentina.