Este pequeño libro provoca una sensación curiosa: parece que estemos ante una versión actualizada de aquello que escribía Quintiliano en tiempos de la antigua Roma, pues trata el clásico método de los lugares tal como lo expuso el rétor romano aunque, eso sí, con el nuevo nombre de «palacios de la memoria».

Entremos en detalles. El título completo es El gran libro rojo para desarrollar una memoria extraordinaria. Largo título para un pequeño libro de unas sesenta páginas que se leen en apenas media hora. Tan solo trata, como acabo de señalar, el método de los lugares en su modalidad de rutas por dentro de casa (lo que algunos como Tony Buzan llaman «habitación romana» y que más recientemente se ha puesto de moda denominar —incorrectamente— «palacio de la memoria»).

Alterna aciertos con errores. El sistema se describe bastante bien, pero falla en detalles como al citar a San Agustín (si bien es cierto que el santo menciona la expresión «palacios de la memoria», no es para describir un sistema mnemotécnico) o cuando se pone a recomendar imágenes absurdas sin sentido —que perjudican más que ayudan— o cuando realiza afirmaciones del tipo «Sí, puedes borrar memorias usando los Palacios» (¿¡qué!?).

No me ha parecido muy práctico, sería más interesante si plantease soluciones a diversos casos. Y es que tan solo encontramos un único ejemplo cuando, sin entrar en muchos detalles, describe cómo en cierta ocasión aprovechó este sistema Anthony Metivier (un autor que también ha escrito de mnemotecnia). Y no se te ocurra preguntarte cómo memorizar números —por ejemplo— porque esta cuestion ni asoma.

Obviamente, no se puede exigir mucho a un pequeño libro de introducción, pero pienso que se podría haber sacado más partido a esas pocas páginas, y más si la buena exposición del sistema no se viera mermada por algunas afirmaciones, cuanto menos, cuestionables.